En Kokoé promovemos un tipo de aprendizaje que va más allá de las prácticas cognitivas. Nuestras actividades están diseñadas para lograr un aprendizaje transformacional.
Con cada nueva generación nos damos cuenta que lo que sabemos hoy, no sirve para las nuevas realidades y actuales problemáticas. Sentimos una inminente necesidad de un proceso de cambio acompañado de una profunda reflexión sobre la condición humana y nuestros nuevos desafíos.
A través de procesos transformacionales buscamos, en primer lugar, la innovación y la flexibilidad pues a través de esta flexibilidad, lograremos integrar nuevas creencias y prácticas.
Nuestras grandes dificultades para generar los cambios que queremos, se encuentran primero, en el plano emocional y segundo, en el plano corporal. Por lo tanto, necesitamos generar compromiso, entusiasmo por el futuro, capacidad de reacción frente a la adversidad y una nueva actitud para aprender.
Además necesitaremos sostener estos cambios de forma cotidiana. Para ello requeriremos un cambio transformacional, basado en habilidades emocionales y corporales de mayor profundidad en el ser que nos conforma.
La teoría del aprendizaje transformacional establece que el proceso de “transformación de perspectiva” tiene tres dimensiones:
“Esto que llamamos Aprendizaje Transformacional, ocurre cuando nos ponemos a nosotros mismos como sujetos activos del aprendizaje y lo hacemos desde varias dimensiones que nos constituyen: nuestra biología, corporalidad y movimiento; nuestra capacidad de articular experiencias usando el lenguaje, nuestras emociones y estados de ánimo que nos predisponen de diferentes maneras de acción” (Julio Olalla).
Jack Mezirow desarrolló la teoría del aprendizaje transformacional en 1978. Desde entonces, la teoría ha evolucionado “hacia una descripción completa y compleja de cómo las personas interpretan, validan y reformulan el significado de su experiencia”.
Para que los estudiantes cambien sus esquemas de significado (creencias específicas, actitudes y reacciones emocionales) , deben participar en una reflexión crítica sobre sus experiencias y lo que posteriormente los conducirá hacia una transformación de perspectiva.
El aprendizaje transformacional es la expansión de la conciencia a través de cambios en la cosmovisión y las capacidades específicas del ser.
Jack Mezirow considera que la transformación de perspectiva generalmente es el resultado de un “dilema desorientador”. Este dilema suele desencadenarse por una crisis existencial, una transición importante en la vida o una acumulación de transformaciones durante un período de tiempo. Dilemas menos dramáticos, como los generados en un entorno de enseñanza-aprendizaje, también promueven la transformación.
Una parte importante del aprendizaje transformacional es que los individuos cambien sus marcos de referencia. Reflexionando críticamente sobre sus suposiciones y creencias, podrán elaborar e implementar conscientemente, planes que traigan nuevas formas de definir sus mundos.
Según Mezirow, la perspectiva se explica de la siguiente manera:
Si bien el proceso de aprendizaje es ciertamente racional en algunos niveles, también es una experiencia profunda que se puede describir como una transformación espiritual o emocional.
La experiencia de deshacer actitudes racistas, sexistas y otras actitudes opresivas puede ser dolorosa y emocional, ya que estas actitudes a menudo se han desarrollado como formas de enfrentar y dar sentido al mundo. Este tipo de aprendizaje requiere correr riesgos, la voluntad de ser y mostrarse vulnerable y de que se cuestionen las actitudes y las suposiciones.
John M. Dirkx, Robert D. Boyd, J. Gordon Myers y Rosemary R. Ruether relacionan el enfoque racional, cognitivo y analítico de Mezirow con una visión más intuitiva, creativa y holística del aprendizaje transformacional.
Para Boyd, la transformación es un “cambio fundamental en la personalidad de uno que involucra la resolución de un dilema personal y la expansión de la conciencia que resulta en una mayor integración de la personalidad”. Por lo tanto, requiere fuentes extra-racionales como símbolos, imágenes y arquetipos para ayudar a crear una visión personal o el significado de lo que significa ser humano.
Primeramente, un individuo debe ser receptivo o abierto a recibir “expresiones alternativas de significado”, y luego reconocer que el mensaje es auténtico. La aflicción, considerada por Boyd como la fase más crítica del proceso de discernimiento, tiene lugar cuando un individuo se da cuenta de que los viejos patrones o formas de percibir ya no son relevantes. Como resultado, se mueve para adoptar o establecer nuevas formas y finalmente integra patrones antiguos y nuevos. Podemos decir que muchas veces el dilema desorientador es una disonancia cognitiva.
Esencialmente, el aprendizaje transformacional implica experimentar un cambio profundo y estructural en las premisas básicas del pensamiento, los sentimientos y las acciones.
Es un cambio de conciencia que altera dramática e irreversiblemente nuestra forma de ser en el mundo.
De esta manera, el cambio implica:
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La alta sensibilidad es un rasgo de personalidad hereditario